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domingo, 17 de enero de 2021

«ES MEJOR LLEGAR A SER QUE HABER NACIDO SIENDO»

El 22 de noviembre de 2020 publiqué mi opinión dominical titulada «QUIEN TIENE EL CONOCIMIENTO, TIENE EL PODER», con la finalidad de mostrar la importancia del conocimiento como factor productivo y de esa manera estimular a mis lectores a buscarlo y a adquirirlo; no obstante, uno de los comentarios que se hicieron a través de la red social Facebook para refutar mi opinión fue «El poder lo maneja es el billete», pero me sorprendió y a la vez me dio mucha tristeza que quien escribiera aquello para contradecir mi forma de pensar fuera alguien que conocí en su desempeño como docente. Respeto la opinión de los demás en la misma dimensión en que espero que la mía sea respetada y si un profesor prefiere creer que el dinero (capital) es el factor productivo de más importancia defenderé su libertad de hacerlo, así como la de quienes consideren que el trabajo o la tierra son más importantes y en la misma medida en que defiendo la mía. Lo más probable es que esa diversidad de pensamiento conduzca a una desigualdad natural de resultados.

A pesar de lo anterior, mi opinión acerca de la importancia del conocimiento no se ha transformado. Movido por la convicción que tengo sobre ese particular es que escribo cada semana para los que me leen e intento motivar a los individuos que se encuentran más cercanos a mis círculos familiares y sociales para que fortalezcan su conocimiento de la vida, en las esferas que más les gusten o en las que ellos consideren convenientes, con la finalidad de facilitarse las circunstancias en que quieren vivirla.

Cuando mi hijo era un niño muy pequeño a veces no sabía cómo hacer algo y yo lo retaba con una pregunta: «¿Ese objeto o esa situación es más inteligente que tú?» Le preguntaba hasta que él me respondía que no y, luego, con gran satisfacción lo veía buscar y encontrar la forma de resolver su dificultad por sus propios medios. Pocas veces acudió a mi en búsqueda de ayuda para sus estudios, solo hasta que enfermó y dejó de asistir a clases durante un par de semanas me consultó algo sobre matemáticas. No tardé más de 20 minutos en explicarle cuando me interrumpió para decirme que ya había entendido. Ese día comprendí que había logrado mi objetivo en su formación intelectual.
Yo tengo la convicción de que todos los seres humanos tenemos un gran potencial para sobreponernos a las adversidades y eso me impide aceptar la mentalidad caudillista de creer que alguien más puede hacer por mí lo que yo estoy en capacidad de hacer con mis propias fuerzas. Por ello en mi hogar, con mi esposa no solo nos ocupamos en darle un buen ejemplo a nuestros hijos, sino en motivarlos a superarse, a aprender y a ser mejores cada día. Los resultados nos han llenado de muchas alegrías en repetidas ocasiones, ya que a pesar de venir de familias con muchas privaciones, hoy tenemos una hija profesional en Geografía y especializada en Sistemas de Información Geográfica; asimismo, mi sobrino que creció bajo nuestro mismo techo, recibió un merecido reconocimiento en el Programa Ser Pilo Paga y hoy está a las puertas de graduarse como profesional en Comunicación y Lenguajes Audiovisuales de una de las mejores universidades del país; hace tres años nuestra segunda hija también fue galardonada en el Programa Ser Pilo Paga como una de las mejores estudiantes y hoy cursa su carrera de Medicina en una universidad colombiana con alta acreditación; solo faltaba nuestro hijo menor por finalizar sus estudios de bachillerato y lo hizo en un año atípico en el que con un buen puntaje hoy es uno de los opcionados a hacer parte del Componente de Excelencia del Programa Generación E del Ministerio de Educación Nacional.
Debo manifestarles que esa labor no solo me he esforzado en realizarla debajo de mi techo, sino que la he hecho con todos los jóvenes y amigos a los que mi Dios me dio la oportunidad de mentorear o discipular. Mis satisfacciones van mucho más allá de lo económico al ver la realización de los planes de vida de muchos de ellos, apartados de los vicios, de la corrupción, de las malas prácticas y viviendo con conductas intachables como miembros de la sociedad, siendo un ejemplo a seguir en medio de sus generaciones. ¡Muchos me han expresado la admiración que sienten por mí, pero ignoran que yo siento mayor admiración por ellos!

A todos ellos y a mis hijos les dedico la frase «Es mejor llegar a ser que haber nacido siendo» que se encuentra grabada en una placa a la entrada del museo que se hizo en el lugar donde se encuentra la chocita natal del humanista y escritor colombiano Marco Fidel Suárez en Bello (Antioquia), quien a pesar de haber nacido rodeado de muchas carencias llegó a ser Presidente de la República hace un siglo; por eso no puedo finalizar esta publicación sin hacer un reconocimiento especial a la Institución Educativa Marco Fidel Suárez de Ciénaga de Oro (Córdoba), que lleva su nombre, en la cual han sido formados miles de jóvenes de las zonas urbanas y rurales de sus alrededores y en la que se han graduado muchas personalidades que han dejado una huella imborrable en la historia de nuestra patria chica. Allí tuve la dicha de estudiar durante seis años y ahí estudiaron mis hijos. Yo espero que su cuerpo de profesores le siga dando al conocimiento la relevancia que merece a diferencia de aquellos que piensan que el poder lo maneja el dinero, pues «Los que creen que el dinero lo hace todo, suelen hacer cualquier cosa por dinero» (François-Marie Arouet Voltaire).

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